Este relato no tiene que ver nada con el tema principal del blog, solo me parece muy oportuno dadas las fechas que se acercan y la situación actual económica, es buen momento de exponerlo y ayudar.
La diferencia entre quien eres y quien quieres ser, esta en lo que haces o dejas de hacer.
Nunca se me olvidara esta historia que le oí hace años a un viejecito que estaba solo, sentado en un banco del parque "Eva Peron", en Madrid, en el bº de Salamanca, donde vivía por aquel entonces, me senté en el mismo banco a fumarme un cigarrillo cuando el viejecito comenzó a contarme diciendo:
Voy a contarle una historia que no olvidara jamás...¿quiere que se la cuente?
Asentí con la cabeza y sorprendido empecé a escuchar atentamente las palabras del anciano:
Tino era ya un hombre anciano cuando murió su esposa. Durante largos años había trabajado y luchado con ahínco para sacar adelante a su familia y a su hijo.
Su mayor deseo era ver a su hijo convertido en un hombre de bien, respetado por los demás, ya que para lograrlo dedicó su vida y su escasa fortuna.
A sus 79 años, Tino se encontraba ya sin fuerzas, sin esperanzas, solo lleno de recuerdos. Esperaba que su hijo, brillante profesional, le ofreciera su apoyo y comprensión, pero veía pasar los días sin que éste apareciera o preguntara por él y decidió ir a pedirle un favor.
Tino tocó la puerta de la casa donde vivía su hijo con su familia.
- ¡Hola papá! ¡Que milagro que vienes por aquí!
- Ya sabes que no me gusta molestarte, pero me siento muy solo, además estoy cansado y viejo.
- Pues a nosotros, nos da mucha alegría que vengas a visitarnos, ya sabes que ésta es tu casa.
- Gracias hijo, sabía que podía contar contigo, pero temía ser un estorbo.
Entonces ¿no te molestara que me quede a vivir con vosotros? ¡Me siento tan solo!
-¿Quedarte a vivir aquí?, sí… claro… pero no sé si estarías a gusto. Tú sabes, la casa es pequeña, mi mujer es muy especial… y luego los niños… no se!
- Mira hijo, si te causo muchas molestias olvídalo, no te preocupes por mí, alguien me tenderá una mano.
- No papá, no es eso, solo que…, no se me ocurre dónde podrías dormir. No puedo sacar a nadie de su cuarto, mis hijos no me lo perdonarían…,¡A no ser que te moleste dormir en el patio!
- Dormir en el patio está bien.
El hijo de Tino llamó a su hijo Luis de 12 años.
- Dime papá.
- Mira hijo, tu abuelo se quedará a vivir con nosotros. Tráele una manta para que se tape en la noche.
- Sí, ahora voy…¿y dónde va a dormir?
-En el patio, ...no quiere que nos molestemos por su culpa.
Luis subió por la manta, cogió unas tijeras y la cortó en dos. En ese momento llegó su padre.
-¡¿Qué haces Luis?!, ¡¿por qué cortas la manta para el abuelo?!
- Sabes papá, estaba pensando…
-¡¡¿Pensando en qué?!!
- En guardar la mitad de la manta para cuando tú seas viejo y vayas a vivir a mi casa.
El anciano lanzó una risotada (no sin toser) añadiendo:
¡¡El niño le dió una lección a su padre!!
Esta es la historia resumida mas o menos, me dejó pensando durante bastante tiempo, quizá ayudé a mi padre hasta sus últimos días perdonándolo por esta historia, muchas de las "perrerías" que hizo en su vida.
En esta situación de crisis y con tanta personas en la calle sin recursos, con tu ayuda, aunque solo sean unos pocos céntimos, podemos conseguir que muchas personas y niños, puedan pasar las navidades al menos con alimentos o con un plato de comida caliente o algún juguete para el día de reyes.
Acercate a Cáritas, Parroquia, o Cruz Roja de tu localidad a depositar tu donativo o haz click en el enlace de "donar", cumplimentando el destino de tu aportación (Cáritas o Cruz Roja) y se remitirá un recibo de ingreso en la ONG destinada; cualquier ayuda por pequeña que sea, es muy bien recibida.
Gracias por tu solidaridad y colaboración
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